Hace siete años, Kotaro fabricó una baba que, inexplicablemente, cobró vida. La llamó Puniru, y desde entonces son las mejores amigas. Los dos han crecido mucho a lo largo de los años, y Puniru es ahora una chica guapa y despreocupada que puede transformarse en otras formas simpáticas. Pero con su espíritu espontáneo y sus travesuras salvajes, ¡Kotaro nunca tiene un respiro!