Matsudaira sigue actuando como un padre sobreprotector con su hija, Kuriko, y nuevamente pide ayuda a Hijikata, Kondou y Sougo. Esta vez Hijikata decide encargarse de ahuyentar a los pretendientes de la hija del jefe por su cuenta, esperando así poder acabar rápido con el asunto. Sin embargo, no contará con que Kuriko se enamore de él, por lo que tendrá que recurrir a la ayuda del Yorozuya para desengañar a la chica. Hijikata, con la colaboración del Yorozuya, intentará por todos los medios de decepcionar a Kuriko, aunque tenga que convertirse en el príncipe Mayonesa.