La despreocupada Michi Sonoda anuncia a su compañera de equipo, Sanae Takigawa, que dejará el judo para siempre después de su último torneo de secundaria. Sanae no se lo cree; después de todo, fue la pasión de Michi por este deporte lo que hizo que Sanae se iniciara en el judo. Michi afirma que una juventud bien aprovechada debería estar asociada a cosas como conseguir novio y no a sudados tatamis.
Sin embargo, el plan de Michi de terminar su incipiente carrera de judo con una explosión se echa a perder tras sufrir una vergonzosa derrota a manos de la talentosa Towa Hiura. Más tarde, su plan se descarrila aún más cuando descubre que Towa se ha matriculado en el mismo instituto que ella y Sanae. Con la repentina aparición de su antigua enemiga, Michi pronto se dará cuenta de que aún siente algo por el judo.