A Ein le ha tocado el trabajo de «Tasador», el más débil y menos afortunado de todos los trabajos con los que se puede nacer, ya que el único poder que otorga es la capacidad de tasar cosas. Tratada con crueldad por todos y reducida a la categoría de recolectora de basura por sus compañeros, Ein ha llegado a odiarse a sí misma y vive sus días en una humillación sin carácter. Pero cuando conoce a Yuuri, el espíritu del Árbol del Mundo, y a su protectora, la sabia Úrsula, el destino de Ein da un giro drástico.
Con el regalo de un Ojo Espiritual de Yuuri y la ayuda de Úrsula para aprender a usarlo, Ein se hace cada vez más fuerte, hasta que está preparado para llevar a Yuuri en su ansiado viaje para conocer a las hermanas del Árbol del Mundo. Ein superará todo tipo de desafíos, armado con su bondad natural y su valor recién descubierto.