Los espíritus Tsukumogami o “marebito” pueden poseer objetos de edad considerable y adquirir una forma física. Aunque forma parte del clan Saenome que se encarga de devolverlos pacíficamente a su propio mundo, Hyouma Kunato los desprecia porque uno de ellos le quitó lo que era muy preciado para él. Para curarle de este aborrecimiento, el abuelo de Hyouma le envía a vivir con Botan Nagatsuki, una chica que es la maestra de seis tsukumogami “amistosos” y que vive con ellos como una familia.