Desde tiempos inmemoriales hasta la era de la colonización espacial, hay una leyenda que ha permanecido inalterada en todos los libros de historia: la del ave inmortal Fénix. Un ser cuya sangre se dice que concede la vida eterna o la sabiduría, la radiante figura asegura la continuación de la vida sensible en el universo, ya que supervisa las civilizaciones humanas y su desarrollo.
Sin embargo, la humanidad sigue siendo esclava de sus hábitos; desde la felicidad y la tristeza, hasta la ira y el amor, una miríada de emociones sigue formando parte integrante de la vida humana. Simultáneamente, una y otra vez, ciertas creencias y agendas persisten a lo largo de los siglos para perturbar el frágil equilibrio de la naturaleza y los principios preestablecidos del mundo. Parece que el destino y sus variables dinámicas pueden manifestarse de muchas maneras, y a menudo exhiben un extraño sentido del humor…